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1982 |
La NWOBHM.... qué tiempos aquellos.
Grupos surgiendo a puñados, cada uno con una velocidad, o
contundencia, o comercialidad... había de todo. Iron Maiden, Saxon,
Def Leppard… grupos que luego jugaron en Primera División.
Y la
Segunda… como en el fútbol, más competida, con grupos más duros,
que matarían por una oportunidad de jugar en Primera: Diamond Head,
Praying Mantis, Samson, Grand Prix y… Tygers Of Pan Tang.
Desde el 78, y después de una época
un poco confusa con Jess Cox a las voces, con el que grabaron el
discreto “Wild Cat”, se refuerzan con Jon Deverill a las voces, y
un tal John Sykes a la guitarra,, con el que harían grandes, grandes
cosas…
En 1981 aparece “Spellbound”, un
disco que todo amante de esa horda de grupos británicos debe tener
en su estantería, sí o sí. Empezamos con “Gangland”, un tema
acelerado, urgente. Ya te vas haciendo una idea de lo que te espera.
“Take It”, uno de los, para mí, mejores temas del disco. No tan
rápido, pero con una sincronización entre los dos guitarristas,
Sykes y Weir, impresionante. Atentos a la alternancia de solos. Y
empezamos a descubrir a Deverill como una gran cantante. Por aquella
época, me dio por pensar que, si algún día Maiden se hubieran
quedado sin Dickinson de cantante, me hubiera encantado que Deverill
se hubiera hecho con el puesto.
Después de una breve intro,
“Minotaur”, nos golpean con el tema más rápido del disco, el
increíble “Hellbound”. Ese solo de Sykes… algunos especularon
en su día con la idea de que esos solos no eran sino del mismísimo…
Gary Moore !!!, que habría puesto a disposición de estos chicos,
adolescentes por aquella época, su experimentada guitarra. ¿Leyenda
urbana? No lo creo….
Sigue la balada “Mirror”, un tema
a mi parecer bastante flojo, que no me pega en el tono agresivo que
el disco había tenido hasta el momento.
De la segunda parte del disco, que baja bastante el listón, destacaría “Silver And Gold”, un tema que, salvando los coros (espantosos) mantiene el tipo en esta parte del disco, que se desinfla bastante respecto de la potencia devastadora de la primera parte.
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1982 |
Y llegamos al año 1982, un año
después de “Spellbound”, con “Crazy Nights” como nueva
entrega. Bajamos la velocidad, no la potencia, y ofrecemos un sonido
más asequible.
Empezamos con “Do It Good”, donde
ya apreciamos que hemos disminuido la urgencia, y nos decantamos por
un sonido más FM. Las guitarras alternas de Weir y Sykes siguen con
su sello característico. Y seguimos con uno de los temas, quizá,
mejores del disco, sino el mejor: “Love Don’t Stay”. Muy
similar en estructura al “Take It”, de su anterior trabajo.
Atención a los solos.
“Never Satisfied”: el tema más agresivo del disco. Parece un medio tiempo, pero se acelera en el estribillo, y con Deverill cantando de forma bastante amenazadora.
Con “Running Out Of Time”
alcanzamos el cénit de este disco. Esta canción debería estar
entre los 10 mejores temas de la NWOBHM, por derecho propio. Vuelvo a
incidir en los solos de Sykes y Weir.
La segunda parte arranca con otro tema
asequible para las emisoras de radio, “Crazy Nights”, pero lo que
no me explico es el bajón de estos tíos en las segundas partes de
cada trabajo. Quizá por ello no hayan estado nunca en la Primera
División. Les ha faltado un “Hallowed By The Name” para
completar trabajos que podrían haber sido más redondos de lo que
fueron.
En fin, un gran grupo que, para mí, murió cuando a Sykes se le ofreció la oportunidad de acrecentar su leyenda en monstruos como Lizzy o Whitesnake.
Nunca fueron, ni serán, los mismos.
"Ritchie" Moreno
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