Quatermass fue una
señera banda de hard rock progresivo, que parece tristemente
condenada a ser una mera nota a pie de página en los anales de la
saga Purple. Una auténtica pena ya que sin duda fueron un grupo
realmente original, con un sonido único, unas composiciones
espectaculares y tres músicos virtuosos en estado de gracia con una
sólida carrera a sus espaldas.
La banda fue formada por
tres genios de sus respectivos instrumentos, Mick Underwood a las
baquetas, John Gustafson a las cuatro cuerdas y Peter Robinson a los
teclados, los tres provenientes de Episode Six, aquella banda en
dónde habían militado los jóvenes Ian Gillan y Roger Glover antes
de unirse a los Purple.
Nuestros tres paladines
decidieron continuar su carrera juntos como trío, e inspirados en
grupos como The Nice, Vanilla Fudge o los propios Purple grabaron un
disco soberbio que saldría a la venta en mayo del año 1970, un mes
antes que el Deep Purple In rock, disco con el que guarda no pocas
similitudes conceptuales.
Es de señalar el
madurado sonido que consiguieron estos tres genios para el que sería
su primer y último disco como Quatermass. Escuchándolo hoy en día
todavía asombra ese sonido elaborado, complejo y visionario. Sin
duda un álbum muy adelantado a su época y que influiría en muchos
músicos y bandas posteriores.
El álbum comienza con
Entropy una bella y calmada introducción a cargo de Robinson
que nos prepara para el primer bombazo Black sheep of the family
primer single del grupo con el que alcanzaron un éxito
considerable. Una canción atemporal con un sonido de hammond
poderoso que guía el tema de manera espectacular sobre un enérgico
y magistral ritmo a cargo de Gustafson y Underwood. Según cuenta la
leyenda este tema fue una de las múltiples causas por las que
Blackmore abandonó a los Purple, ya que estaba obsesionado con él y
quería incluirlo a toda costa en el Stormbringer, cosa que sus
compañeros rechazaron de pleno. Sin embargo el buen Man in black se
quitaría la espinita poco más tarde, ya sabéis de que hablo.
Post war Saturday echo
es un tema con una base blues que comienza de manera melancólica
para ir ganando fuerza e intensidad combinadas con varios
interludios, algunos más sosegados, otros completamente desbocados,
en los que el piano brilla de una manera grandiosa. Una canción
compleja que gana con sucesivas escuchas y en la que Gustafson nos
demuestra que realmente puede cantar y transmitir dramatismo.
Mediante Good Lord
Knows nos deleitan con una elegante balada que posee unos bellos
arreglos para cuerda en los que Robinson demuestra su buen oficio.
Up on the ground es
una obra maestra del rock duro con un descomunal riff de Hammond, un
bajo encabritado y una batería de las que sientan cátedra. El
crecendo instrumental de la parte central del tema comienza de manera
apacible para desembocar en una hecatombe excitante justo a tiempo
para retomar el tema principal y volarnos la cabeza.
Gemini abre la
cara b del vinilo y es otro gran tema roquero en el que Robinson
intercala magistralmente el Hammond con el piano, y nos regala unos
solos de los que crean escuela. Así mismo es un tema con un gran
trabajo vocal.
Make up your mind.
Tema complejo estructuralmente, con un núcleo instrumental muy
trabajado, con cambios múltiples de ritmo y tempos complicados.
Inquietante a ratos y que muestra una maestría instrumental
arrolladora.
Laughin’ Tackle es
un tema supremo, extenso y técnicamente extraordinario en el que
estos tres virtuosos gozan de espacio para mostrar sus complejas
personalidades musicales y nos obsequian con una interpretaciones
magistrales. Un tema con unas influencias clásicas claramente
marcadas en el que apreciamos unos arreglos para cuerda realmente
impresionantes. Un gran colofón a un disco excepcional. A modo de
epílogo o coda podemos disfrutar de nuevo del sosegado tema de
apertura de este álbum Entropy.
Las diferentes ediciones
en cd de esta joya son muy recomendables ya que contienen sabrosos
extras como Putting o One blind mice que salió al
mercado como segundo single y es una gran canción de rock potente.
No puedo dejar de
mencionar la fantástica portada a cargo de Hipgnosis, posiblemente
uno de sus mejores trabajos.
En definitiva un álbum
descomunal de rock duro con pinceladas de swing, blues, música
clásica y avant-garde, que no debe ser olvidado ya que es un
importantísimo miliario en la historia del rock que ha influido en
múltiples artistas como Uriah heep o los primeros Rainbow. Una obra
maestra valiente y sin fisuras, un milagro sonoro que no tendría
continuidad ya que sus miembros entrarían a formar parte de otros
proyectos tan interesantes como pueden ser Hard Stuff, Brand X o Ian
Gillan Band. Pero eso, como se suele decir esa es otra historia.
Odiseo Haller
¿Hard Rock Progresivo? Veo en las guitarras un toque Rush más que importante. Lo escucharé. Me ha encantado la etiqueta que le has puesto.
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