LYNCH MOB: REBEL

George Lynch es un guitarrista brillante pero difícil de entender. No sabemos muy bien si por sus inquietudes o por su afán de intentar adaptarse a los tiempos a cualquier precio, consiguió hacer que a finales de los 90 tanto Dokken, con “Shadowlife”, como sus propios Lynch Mob, con el apropiadamente titulado “Smoke this”, tocaran fondo de manera esperpéntica.
 
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NOVEDADES 2015
Su carrera siguió dando tumbos durante casi toda la primera década de este nuevo siglo hasta que en 2009 recuperó a Lynch Mob con un disco tan cargado de buenas intenciones como falto de temas con gancho, “Smoke and mirrors”. Pero esta vez parece que su idea es seguir dándole continuidad y prioridad al grupo mientras sigue ocupado en proyectos que no la tienen o no gozan de notoriedad (en este último aspecto, podemos dejar aparte el caso del único y buen disco de KXM hasta ahora) y tras haber publicado dos más que estimables EPs entre 2012 y 2014, ahora vuelve con un disco completo, “Rebel”, que sí da en la diana.
Lo primero que llama la atención nada más empezar el cd, con “Automatic fix”, es que se aprecia una mimada producción que permite disfrutar de un sonido limpio y potente, en el que se pueden distinguir cada uno de los instrumentos. Ese inconfundible tono de Lynch y la voz de un Oni Logan cuyas idas y venidas desde la reunión parecen no haber hecho mella en la relación final entre el cantante y el guitarrista, respiran en armonía con el contundente y metálico bajo del ex compañero en Dokken y amigo de Lynch, Jeff Pilson, y el gran trabajo de un excelso Brian Tichy a la batería.

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Puede que aquellos excesivamente puristas no comulguen con este sonido que, pese a ser clásico de Lynch Mob, a estas alturas no va a ser una copia de “Wicked sensation” y en el segundo tema, “Between truth and the lie”, el aire más actual incluso puede recordar al “Dysfuncitonal” de Dokken, cuyo conjunto podrá gustar o no, pero veinte años tras su publicación no suena fuera de lugar y lo mismo pasará con “Rebel”.
Si bien es cierto que no encontramos temas de tempo más rápido hasta que llega el cierre con “War”, que es uno de los mejores del disco y en el cual Lynch se suelta por completo y nos ofrece un tremendo solo cuya duración nos devuelve a los días en los que no había complejos a la hora de grabarlos, el conjunto goza de homogeneidad y hay momentos para incorporar algún toque funky en “Pintree avenue”, inequívocamente clásicos en “Jelly roll” y trazos oscuros en uno que podría pasar por una balada sin azúcar como es la deliciosa “The ledge”.

Es fácil decir que por fin estamos ante un disco que hace justicia a lo que supusieron lss dos primeras obras de Lynch Mob tras veinte años de espera, pero también hay que dar crédito a George Lynch por habernos entregado un disco que le hace a uno volver a disfrutar del hard rock con pasión, y que es un género en el que no abundan discos redondos. Este lo es.
 Albytor


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