IRON MAIDEN: 'IRON MAIDEN' 1980


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Aquella amalgama de bandas que mamaban de la teta infernal de Sabbath, UFO y Thin Lizzy, se habían golpeado contra el muro Punk Rock de finales de los 70 y se lo habían llevado por delante.

Los Saxon, Diamond Head, Tygers Of Pan Tang entre otros y estos jovencísimos IRON MAIDEN eran como las pandillas callejeras que tan bien  habían ilustrado los Lizzy en la cubierta de 'Fighting', pero en vez de matarte a hostias lo hacían con sus riffs de guitarra y su imaginativa puesta en escena, siendo los 'Rebel Boys' de clase media que conformaron la 'NWOBHM'.

Entonces, un buen día llegó a las tiendas de discos un vinilo con un esqueleto Punk de mirada boba delante de un muro con cara de ser fusilado al amanecer. El fusilado, es el que se da de bruces con 'Prowler', el primer tema del Iron Maiden álbum.

'Prowler' parece la historia de un acosador con trazas de vagabundo de los bajos fondos, una especie de personaje de 'Aqualung' ochentero con un riff de la hostia, un ritmo de lo más Heavy en base anfetamínica, y la voz punkarra de Paul Di' anno rematando el cuero a las mallas.

El bajo de Steve Harris ya cabalga en 'Sanctuary', una historieta de macarras tanto o más que 'Running Free', que fue el primer single del disco. Ambos son buenísimos, inexplicablemente 'Sanctuary' salió únicamente en la versión americana del vinilo; en Europa hubo que esperar a una reedición en CD de finales de los 90, aunque si fue publicado como single con 'Drifter' y 'I've Got The Fire' cover de Montrose en la cara b.

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Anteriormente, 'Remember Tomorrow había bajado tenuemente decibelios en una balada entre melancólica y misteriosa con un colosal Di'anno. 'Phantom Of The Opera', compuesta por Steve Harris, es la primera incursión de Maiden en el rollo progresivo.

El fan del West Ham United también lo era de Genesis y de los Yes, así que poco a poco esas influencias irán apareciendo en la música de los ingleses. Durante siete minutos, uno imagina como se sentiría una pelota de ping pon al ir de un lado para el otro. El vértigo de las guitarras dobladas de Murray y Dennis Stratton se sienten en cada nota, en los riffs, en cada cambio vertiginoso de ritmo y en cada alarido de Di'anno. Un tema monstruoso.

'Transylvania' no voy a decir que te transporte a la tierra que Stoker y Le Fannu describieron en sus libros pero casi. El primer instrumental de la banda es sobresaliente en agresividad y pericia. Atentos al juego malabar de un estupendo Clive Burr, el prototipo de batería Heavy de la época. El tema presenta un convincente sonido 'NWOBHM' pero sin olvidar como sonaban bandas como Judas Priest en la segunda mitad de los 70.

'Strange World' y su extraño mundo de ciencia ficción contado por Di'anno en uno de los series B de la discografía de Maiden, como 'Charlotte The Harlot; la primera parte de la vida de una prostituta contada por la banda y compuesta por Murray, sobre las miserias de un tipo que sale con 'Charlotte'. Se ha hablado bastante sobre el tema en cuestión, y solo Di'anno ha revelado que está basada en la vida de una buscona aficionada al Speed que vivía en la zona de Leyton (Londres). Sea cierto o no, el tema contiene las principales virtudes de aquellos primeros discos de Heavy Metal, rapidez, contundencia y un buen estribillo.

La canción que resume toda una vida encima del escenario, una discografía extensa y la grandeza pasada del Metal como estilo y modo de vida es 'Iron Maiden'. Basada en la ficticia máquina de tortura medieval y en poco más de tres minutos y medio, Harris y los suyos muestran los encantos al completo del género duro, asimilando las enseñanzas de UFO o Judas Priest y dándoles una vuelta completa de tuerca con este clásico incontestable de guitarras, que pegan auténticas dentelladas de metal, entre bajos galopantes y baterías de martillo pilón.

El Hijo de Ron Keel


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