TOTO 'TOTO & HYDRA' En el Comienzo

Con "Hold The Line" de Toto ocurre lo mismo que con "Sweet Home Alabama" de Lynyrd Skynyrd. Casi todo el mundo no vinculado al Rock conoce estos dos emblemáticos temas pero no sabe quienes son las bandas que lo han creado.

 Los acordes de esas canciones seguirán siendo testigos mudos para la mayoría de los pobladores del planeta tierra pero eso a unos cuantos nos dará igual, por que por encima de un determinado hit estará la grandeza de todo un álbum como ocurre con el debut de éste sexteto compuesto por músicos de sesión con muchas horas de vuelo cuando se pusieron a los mandos de Toto

blogdecaido
1978
Mi primera vez con Toto fue con IV y la verdad es que me llevé un chasco de los gordos. Más suerte corrieron "Hydra" y "Isolation", sobretodo el primero que me encanta. No hace demasiado me hice con una caja con los primeros discos de la banda a un precio muy interesante y animado por ellos disfruté también de su último y estupendo disco de estudio. Pero a lo que vamos, hoy toca el debut de Toto.

Para empezar atacan con "Child Anthem", un instrumental de claras referencias a la música practicada por Kansas pero mucho más ligera que la música de Steve Walsh y su banda. "I'll Supply The Love" es la primera andanada "Aor Rockera"; aunque los tiempos que la marcan son bastante "Funkys" el estribillo rockea y se vuelven a apreciar matices progresivos en el trato de los teclados. Excelente tema y excelentes voces.

"Georgy Porgy" es un tema muy ligero, "Soft" o como queráis llamarlo (el toque que imprime el sonido de la flauta le da ese caracter tan agradable al tema), nuevamente coquetean con otros estilos ajenos al Rock( Ritmos negroides y nuevamente Funkys) pero con una clase y elegancia que no puede pasarse por alto.

Con "Manuela Run" cierran el primer cuadrado mágico escrito por el teclista David Paich, soberbia canción con unas melodías sobresalientes (Paich canta muy bien y los juegos de voces también son para enmarcar) sobre las que flota la "maestra" guitarra de Steve Lukather.


En "You Are The Flower" florece (valga la redundancia) nuevamente el espíritu "negroide" que absorbe Funk, Soul y también Jazz o Rithm & Blues. Tanto las guitarras como la base rítmica de Hungate y Porcaro dan clases metronómicas mientras las voces la elevan ante nosotros como si fuese un ritual Voodoo. Tremendo Bobby Kimball que es el compositor de esta brillante canción.

El reencuentro con la pluma de David Paich no puede ser más acertado. "Girl Goodbye", de contagioso ritmo y potente estribillo Aor es de mis favoritos de éste debut. El rockerísimo solo de guitarra de Steve Luckather es para enmarcar, al igual que todos y cada uno de los riffs que salen disparados de su guitarra.

El único tema firmado por Steve Porcaro es la "Soft" "Takin'It Back" donde rinden un homenaje en toda regla a los Beatles; la conjunción de solos de guitarra eléctrica y española junto a la utilización de los teclados son lo más llamativo del tema. Paich cierra el primer disco de Toto firmando la famosísima "Hold The Line" sobre la que ya se ha escrito mucho, la puramente Aor "Rockmaker" y "Angela", el tema más oscuro del disco pero de una gran belleza.

Caído en Little Big Horn.

¿El disco más oscuro de los americanos? Quizá sí. ¿El más hard-rock? Posiblemente, también.
Cuando, después de su homónimo trabajo del año anterior, un bombazo de ventas, la gente se empezaba a frotar las manos pensando en una nueva y exitosa entrega de “rock pijo” (como algún gilipuertas definió el sonido del grupo), Paich y compañía descolocan a todo el mundo, y nos entregan este bombazo, si, pero de buen rock duro.

Porque, amigos, rock duro es lo que contienen riffs como el que abre el disco en“Hydra”, el tema que da nombre a este trabajo. Coño… ¿y ahora qué hacemos? ¿dónde están canciones como “Georgy Porgy”? En ningún sitio… en este disco, no. Steve Lukather te lo aclara en el solo que cierra el tema.

hydraalbumhijodronkeel
1979
Lo más aproximado que se puede encontrar al sonido de su primer y exitoso disco es la extraña “99”, una balada que no lo es tanto. De hecho, su letra está basada en una película de ciencia ficción, “THX 1138”, con lo que lo más asequible que tenía este disco se quedó en algo abstracto e incomprensible para algunos.
Siguen siendo ellos, reconocibles, pero endurecidos. “St. George And The Dragon” sigue siendo un tema típicamente Toto, con ese piano de Paich liderando el asunto, a lo “Hold The Line”, pero más agresivo. Steve Porcaro también hace de las suyas creando inquietantes atmósferas con sus teclados. “Lorraine” también va en esa línea, temas compuestos por Paich, muy característicos del teclista y, por aquel entonces, absoluto líder de la formación.

Me imagino la cara de alguno de los fans del primer disco escuchando salvajadas como “All Of Us Boys” (atentos al descacharre final del tema), o “White Sister”, un jodido monumento de canción. Seguro que pensó en renegar inmediatamente de estos salvajes. No fue el único. Al cambiar su sonido, la banda también perdió muchos de los seguidores que se habían labrado con su primer trabajo. Allá ellos.

La elegancia del grupo sigue presente en otro monumento, “Mama”. Un tema un poco más tranquilo que insertan entre andanadas de rock duro incontestable. Bobby Kimball adquiere en esta canción el estatus de mega-vocalista para un servidor. Lo suyo es una exhibición con las cuerdas vocales.

Y, hablando de cuerdas y exhibiciones, la de Mr. Lukather es brutal. Uno de los tres solos de guitarra de mi vida sería, y es, sin ninguna duda, el de “White Sister”. Antológico. Creo que LukatherWhite Sister”. Antológico. Creo que Lukather, después de esa salvajada, ha bajado mucho el octanaje, y será más experimentado y mejor con su instrumento, pero no volverá jamás a esa agresividad, esa rapidez, esa frescura que exhibe en este tema y en este disco. Los solos de “Hydra” o “Mama” son también dignos de mención.

El único lunar que se le puede poner a este disco es ese extraño último tema, “A Secret Love”, que no cuadra en este conglomerado de hard rock. Un tema cursi, absolutamente de relleno y prescindible.

Un disco de culto, de absoluta adoración para algunos, entre los que tengo la fortuna de encontrarme. No tengo ningún reparo en decir que este trabajo me abrió caminos musicales que yo, por aquel entonces, ni sabía que existían. Pasamos de lo, más o menos, asequible, a ver que con guitarras eléctricas se podía hacer ruido, muchísimo más ruido. Y, amigos, de ahí… cuesta abajo. Seguramente, hoy no escucharía a Slayer de no haber descubierto a tiempo este “Hydra”. Cómo me alegro, joder. 

Ritchie Moreno





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