GREAT WHITE: "SHOT IN THE DARK" 1986


Una entrada más de este blog sin recurrir a un clásico de los californianos no podía permitirse, así que manos a la obra. He elegido "Shot In The Dark" por aquello de que es un disco que deambula por el mar discográfico de la banda. Con el cuadro de bitácora averiado y el ancla echado, aún faltan hojas al calendario para sentir el Blues Hard Rock que nos salpicará con "Once Bitten", "Twice Shy" o "Hooked".

Hard/Heavy Rock de la misma escuela de los primeros Dokken, Ratt o Black N Blue; GREAT WHITE nos ofrecieron dos guerreros trabajos en los primeros ochenta, "Out Of The Night" (ep con cinco temas del 82) y "Great White", primer LP del año 84.

Llegado el 86 la banda redobla el paso buscando el éxito con una fórmula similar pero explorando una producción menos rudimentaria y más comercial, grabando ocho temas entre los que encontramos dos estimables versiones del "Face The Day" de los australianos The Angels y el "Gimme Some Lovin´" de Spencer Davies Group.

La banda de Jack Rusell y Mark Kendall ya eran perros viejos cuando publicaron este tercer trabajo, desde el 78 llevaban pateándose los garitos de L.A. y querían aprovechar la puerta abierta del redil metálico que los dos primeros discos de Mötley, los dos primeros Lp´s de Ratt y WASP más el "Metal Health" de Quiet Riot habían echado abajo a base de ritmos saturados de Heavy Rock y de estribillos más hinchados que los pectorales de un Mister Olimpia.


Y en eso consistía basicamente "Shot In The Dark", buen Hard/Heavy con un Jack Rusell magnético a la voz en el prometedor inicio de "She Shakes Me", enésimo himno machorro con la testosterona salida de madre para correr a todo trapo por las colinas de Hollywood; o en "What Do You Do", Metal americano con regusto Zeppeliano en la voz y de los Ratt de "Out Of The Cellar"/"Invasion Of Your Privacy" en lo musical.

Pero la banda no pierde su identidad, y el tema título atestado de los clichés propios de su tiempo nos ofrece brillo Heavy rockero con un estribillo deudor del Ozzy comercial y triunfante del "Ultimate Sin", perfectamente ejecutado por la banda y por las guitarras asesinas de Kendall y por la voz más que perfecta para estos quehaceres Heavy rockeros de Rusell.

Quince días y tres sesiones fueron suficientes para finiquitar unas canciones más afortunadas (la dinámica Heavy ochentera "Run Away") que otras (el intranscendente medio tiempo "Is Anybody There") y dejar un buen regusto final con la estimable medio balada "Waiting For Love". 

Un año más tarde Great White pegaría su primera gran hostia con "Once Bitten", un disco que seguía en el redil del Metal US pero que se dejaba seducir por los cantos de sirena Blussy, y es que las sirenas atraen de igual manera a barcos, naúfragos que a escualos.

El Hijo de Ron Keel


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